Nuestra Historia
Carolina Alma López, arquitecto de profesión con alma de diseñadora, co-creadora de Alma Atacameña, se inicia en la alfarería a la edad de 8 años de las manos de su padre Floridor Ayavire, quien incentiva esta practica desde su infancia hasta los 17 años, en recuerdo de su abuela Patricia Choque alfarera.
En esta inclinación siempre le acompaña la pasión por el dibujo y la pintura, que la llevará a ingresar a una escuela de diseño para posteriormente emigrar a la carrera de Arquitectura, apartándose del área de la cerámica.
No es hasta el año 2016 que se reencuentra con la alfarería junto a Elena Tito, alfarera de Rio Grande, tesoro humano vivo 2015, quien despierta sus manos ya dormidas y la motiva a retomar esta practica.
en el año 2017 inicia sus diseños junto a su padre, cultor atacameño, quien aporta sus conocimientos para enriquecer el trabajo, ambos fundan Alma Atacameña.
Alma Atacameña significa, “Un trabajo hecho con toda el alma”.
Carolina Alma, es atacameña y junto a su Padre Floridor, diseñan piezas inspiradas en la cosmovisión andina universal, en un trabajo de arte Popular con identidad regional.
Carolina Alma es las manos de Alma Atacameña y su Padre cultor Atacameño, su mentor, la fuente de conocimientos y su inspiración, sin él no existiría este trabajo.